«NO TINC POR»

PorGema Sancho

«NO TINC POR»

NO TENGO MIEDO

En primer lugar quiero expresar mi conmoción y mi solidaridad con víctimas y damnificados y aplaudir al pueblo catalán por su reacción. Lo trasmito desde el País Vasco en el que tanto hemos sufrido por culpa del terrorismo.

Desde los últimos atentados vengo reflexionando sobre el pensamiento fanático y tras los terribles atentados de Barcelona y Cambrils me decido a plasmarlo.

En un escrito anterior titulado “Meditando sobre el terrorismo, la violencia y el trauma psíquico” publicado en esta misma página en el apartado reflexiones, al que remito, he tratado este tema que desgraciadamente es de total actualidad.

En él y basándome en la experiencia adquirida hablo de la importancia de diferenciar entre “victima y “damnificado” y digo:
Está claro que los muertos en atentados terroristas son víctimas pero quiero ir más allá.
Por “victima” defino a la persona que queda capturada por la situación, queda petrificada en ella y no tiene futuro. A la víctima se la despoja de su condición de persona, su identidad es adjudicada desde el otro no desde sí mismo.

Pensemos en las viudas, hijos, padres etc. que han perdido su propia identidad para quedar ancladas en la “viuda de”, “madre de”, “víctima de” etc.

Si bien damnificado y victima son usados en lo común como sinónimos aquí es necesario introducir una distinción vital. El dolor personal es lo que determina la condición de damnificado, a diferencia de las victimas que quedan sustraídas del presente y del porvenir quedando congelada en un pasado irremediable. El presente solo existe para el damnificado teniendo también futuro. El damnificado tiene porvenir como sujeto, la victima no.

La función terapéutica es posibilitar al individuo a que se enfrente con su condición específica e idiosincrática del sujeto ante la situación desgarrante.

El grito surgido “no tinc por” tras el minuto de silencio y convertido en una enseña, me lleva a pensar en la expresión de rabia, pena, dolor y la vulnerabilidad que conlleva.

Pero expresa algo mas, expresa que se sigue vivo actuando en el presente y proyectándose hacia el futuro. Expresa que a pesar de la tragedia no se ha quedado atrapado en el acto terrorista, no se ha hecho una negación para poder seguir con el día a día dejando enquistado el temor, la angustia, la vulnerabilidad etc. a través de esta.

Esta reacción “no tinc por” libera sentimientos, reafirma, crea unidad y facilita la elaboración del hecho traumático.

Esto no quiere decir que no exista el dolor incluso en algunos casos el trauma, pero la puerta queda abierta para su elaboración.

Hay otro tema que quiero tocar, el racismo y la xenofobia que aparecen tras estos terribles actos criminales.

Los vascos y los residentes en el País Vasco, hemos vivido épocas en las que en el resto de España, para algunos, todos éramos “etarras”, todos sospechosos.

Hoy les toca a los catalanes musulmanes y a los españoles musulmanes sentir esa mirada de sospecha, de acusación, de repulsa. No es agradable, es doloroso como mínimo, sentir las miradas y voces de esas minorías más o menos mayoritarias.

Ellos también son afectados por estos actos terroristas y también sufren las consecuencias.
¿Porque ocurre esto? ¿Por qué la población les señala? Yo diría que entre otras causas los ciudadanos atrapados por el efecto traumático del atentado necesitan identificar un enemigo al que culpar, creyendo de esta manera tener ilusóriamente controlado al enemigo, esto les permiten descargar la rabia evitando el dolor y la angustia que les produce sentirse vulnerables en manos de los distintos avatares de la vida que les rompen el rígido y frágil control que creen tener sobre sus vidas.

También aparecen otros fanáticos que buscan enemigos a los que enfrentarse.

Deseo también mencionar la reacción de esos españoles musulmanes que como cualquier otro ciudadano ha condenado los terribles atentados de esos terroristas que se proclaman musulmanes. Las manifestaciones públicas de estos conciudadanos así como sus reivindicaciones nos dan motivo de reflexión.

Por último destacar y aplaudir la decisión de las distintas autoridades catalanas que dan oportunidad a todas las personas necesitadas de atención psicológica sin importar la filiación religiosa que tengan.

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