Cuando el Cuerpo Habla

PorGema Sancho

Cuando el Cuerpo Habla

Psicosomático, el diccionario de la RAE dice:

Dícese de lo que afecta a la psique, así como de lo que implica o da lugar a una acción de la psique sobre el cuerpo o, al contrario.

En las somatizaciones, el cuerpo llora dando expresión a un conflicto psíquico que no puede ser dicho.
Cuando faltan las palabras para expresar aquello que duele a nivel psíquico, el cuerpo habla expresando este malestar.
Psicosomático, cuando el cuerpo habla Son síntomas recurrentes que condicionan y marcan la vida de las personas que los padecen.
La somatización es una consecuencia de la relación entre mente y cuerpo. El ser humano es una unidad de mente y cuerpo.
El conflicto psíquico se transfiere al cuerpo apareciendo el dolor o el malestar corporal evitándose así el dolor psíquico, por ejemplo, la angustia.
Deberíamos, pues, tratar el origen del problema situado en el psiquismo y no recurriendo a fármacos que si bien pueden aliviar el dolor no soluciona las causas que han dado lugar al síntoma.
Esto no quiere decir que no se trate el dolor o el problema somático, sino que debería a la vez realizarse una psicoterapia para llegar a la raíz del problema y con la elaboración del conflicto, encontrando las palabras para decirlo, no necesitar su expresión somática.

En su artículo «Conflictos inconscientes y padecimientos orgánicos», Jaime Tomas, escribe el 20 de enero de 1978:

Se ha dicho muchas veces que toda medicina es psicosomática, dado que al ejercerla nos enfrentamos siempre con un conjunto de fenómenos psíquicos y somáticos que es el individuo enfermo y en el que tratamos o deberíamos tratar simultáneamente, tanto las necesidades físicas como las mentales. Todas las enfermedades, todos los fenómenos que tienen lugar en nosotros son, pues, en ultima instancia, psicosomáticos. No obstante, es frecuente que este término se utilice en una acepción más restringida, para referirse a aquellos padecimientos en los cuales determinados mecanismos mentales se traducen en alteraciones físicas, esto es, padecimientos que consisten en la expresión de un conflicto psíquico a través de una sintomatología somática especifica. Vamos a limitarnos por el momento a este significado restringido del término. Desde hace mucho tiempo se ha reconocido la importancia de los factores emocionales en la etiopatogenia de numerosas enfermedades, tan variadas como la úlcera gastroduodenal, la obesidad, el hipertiroidismo, el asma bronquial, la colitis ulcerosa, la hipertensión arterial, diversas afecciones cutáneas, etcétera. Pero, en el estado actual de la ciencia médica, ignoramos todavía como ocurre esto en ultimo término, en que consiste el mecanismo intimo del paso de lo psíquico a lo somático. Estamos muy lejos todavía de ver cumplido el vaticinio de Freud, según el cual llegaría un día en el que nuestros procesos mentales podrían traducirse en términos de fenómenos fisicoquímicos. Quizá esta limitación se deba a nuestra propia constitución psíquica, que nos obliga a una dicotomía entre lo psíquico y lo somático y nos impide concebir al ser humano como una unidad.

Mediante la interpretación y la elaboración de estas fantasías y de sus complejas conexiones intrapsíquicas, hacemos desaparecer la sintomatología somática.

Esto puede tener importancia en numerosas ocasiones, dado que si un conflicto psíquico es importante y se le bloquea su vía de expresión (…) tenderá a buscar otras vías para manifestarse, sean éstas psíquicas o somáticas.

No podemos concebir un proceso orgánico sin una repercusión psíquica, aunque ésta puede pasar inadvertida, ni un mecanismo psíquico sin su contrapartida orgánica, sea esta detectable o no por nuestros actuales medios de observación. Por ello, el campo de colaboración entre el médico clínico y el psicoterapeuta esta abierto a prácticamente todas las actividades médicas. Una lista de las posibilidades sería interminable. En algunos países, por ejemplo, existen centros en los cuales los enfermos que han de ser intervenidos quirúrgicamente son sometidos a un tratamiento previo y posterior a la operación, por haberse demostrado estadísticamente que éste influye de manera favorable en la evolución quirúrgica.

(Extracto del articulo del Doctor Jaime Tomas)

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